domingo, 24 de mayo de 2009

Las Endorfinas.


Las endorfinas, también llamadas hormonas de la felicidad, son sustancias químicas producidas por el propio organismo estructuralmente muy similares a los opioides pero sin sus efectos negativos.
Es decir son moléculas producidas por el Sistema Nervioso en respuesta a una variedad de estímulos, y se postula que serían ellas la cura que usa el organismo para los altos niveles de estrés.
La investigación dió como fruto el descubrimiento de unas proteínas, las endorfinas (“endo-morfinas”), responsables de las sensaciones de bienestar, placidez, alegría, placer, ganas de vivir. Es el sustrato bioquímico de la “sal de la vida”.
Son en realidad, neurotransmisores que son producidos por la glándula pituitaria y son los responsables de las sensaciones satisfactorias, ya que combaten el malestar y disminuyen las sensaciones dolorosas.
Las endorfinas son producidas por el organismo en respuesta a múltiples sensaciones, entre la que se encuentra el dolor y el estrés, también influye en la modulación del apetito, la liberación de hormonas sexuales y el fortalecimiento del sistema inmunitario.
Cuando sentimos placer estas sustancias químicas se multiplican y envían mensajes a nuestro cerebro a los linfocitos y a otras células responsables de la defensa de virus y bacterias que invaden el organismo.
En el caso del dolor las endorfinas actúan sobre sus receptores en el cerebro para reducir la percepción de este dolor y causar analgesia.
El mecanismo de acción y los receptores involucrados son los mismos que utilizan la morfina y la codeína, y es por esta razón que estas drogas producen una fuerte analgesia.
La única diferencia es que con las endorfinas no se crea dependencia y con los opiáceos (morfina, codeína) si.
Existen varias formas para estimular la producción de endorfinas, lo cierto es que cuando realizamos actividades placenteras aparece en el organismo un mayor flujo de estas hormonas, lo que provoca un cambio en nuestra actitud y nuestro estado de ánimo mejora considerablemente.
El estar enamorado produce una descarga de estrés y estimula la descarga de estas hormonas; además contribuyen a eliminar estrés y depresión.
En cuanto a las Las relaciones sexuales, en el encuentro de los cuerpos y la liberación de otros factores colaboran en la estimulación de endorfinas.
Amamantar: La leche materna también contiene endorfinas para que el pequeño se sienta feliz.
Tomar café: Dos horas después de ingerir una taza de cafeína, el nivel de endorfinas sube.
Los niveles de endorfinas varían de un individuo a otro, significando esto que si ambos ejercitan el mismo tiempo o sufren el mismo dolor, no necesariamente tendrán la misma secreción de endorfinas.
Algunos investigadores sostienen que el ejercicio físico, los accesos de risa y durante el orgasmo existe liberación de endorfinas.
Cuando nuestra mente esta relajada las endorfinas se segregan con mayor facilidad y en mayor cantidad.
La música melódica provoca una importante liberación de endorfinas.
Estas “moléculas de la felicidad” constituyen pues un puente entre mente, emociones y cuerpo, favoreciendo de un modo natural e inocuo, autónomo y muy barato los mecanismos internos de curación.
También inciden en nuestra capacidad para disfrutar de la vida y afrontar con optimismo las vicisitudes diarias.
El buen humor promueve la producción de endorfinas, y éstas a su vez promueven el buen humor.
Es una auténtica botica de “medicina natural interna” cuyo estímulo, afortunadamente, depende en gran medida de nosotros mismos.
En nuestras manos queda, la posibilidad de valorarnos quizá sea el momento de hacer algunos cambios en nuestra vida.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.

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