jueves, 2 de abril de 2009

CLEPTOMANÍA: Robos Incontrolados.


Las personas con cleptomanía experimentan un fuerte impulso de robar. Son conscientes de que se trata de un acto equivocado y sin sentido. Con frecuencia, la persona tiene miedo a ser arrestada y se siente deprimida o culpable de los robos.
La cleptomanía es una tendencia irresistible a tomar pertenencias ajenas. Se trata de un impulso muy fuerte a robar objetos que la persona no necesita ni le sirven para su uso personal, ni suelen tener un valor monetario considerable.
Un 5% de los ladrones identificados en tiendas y centros comerciales son cleptómanos.
Este trastorno puede durar en la persona durante años, aunque los arrestos por robos hayan sido múltiples. Dentro del grupo de los cleptómanos existen tres tipos:
Esporádico, en el que se dan episodios breves de cleptomanía y posteriormente largos periodos de remisión.
Otro tipo es el Episódico, en el que se dan periodos prolongados de robos y cortos periodos de remisión.
El tercer tipo es el Crónico, que se caracteriza por un grado de fluctuación.
No todos los ladrones son cleptómanos. El robo ordinario es deliberado y está motivado por la utilidad del objeto o por su valor económico.
Algunas personas, especialmente los adolescentes, suelen arriesgarse a robar como un acto de rebeldía. El cleptómano, a diferencia del ladrón, no utiliza ni vende lo robado y nunca se ayuda de cómplices. Acumula los objetos robados en su hogar o en un escondite sin usarlos y en ocasiones los devuelve clandestinamente.
La cleptomanía es un desorden de control de impulsos que afecta sobre todo a mujeres y que suele estar asociado a otras patologías. A pesar de que es una gran desconocida, mucha gente emplea el nombre de la cleptomanía como si conociera la enfermedad en profundidad, y es frecuente escuchar el término asociado con bromas y chistes. Sin embargo, se trata de un problema muy serio, que poco tiene de gracioso para quienes lo padecen.
Cuando un joven sufre de este trastorno, el problema es más grande de lo que parece y por lo tanto necesita mayor atención. Y el mayor obstáculo es que la persona al no ser consciente de su problema, no lo acepta y eso retrasa el proceso de recuperación.
El tratamiento lo tiene que hacer necesariamente un psiquiatra o psicólogo con apoyo de la familia, consiste en terapias y algunos medicamentos.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.

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